El pasado 28 de Junio de 2018 a las 20:30, volvía del trabajo a casa como siempre y a la altura de Cáritas en la Avenida República Argentina noté como alguien me agarraba del culo clavándome incluso las uñas y luego me tiraba de la falda hacia el callejón que baja al parking del serranía. Se me puso el corazón en la garganta y grité. Entonces me soltó y se fue corriendo. Era un hombre alto y calvo de unos 40 años. Lo que más me molestó fue ver que había una familia delante de mí con hijos y que ni si quiera se molestaron en girarse a ver qué pasaba. Y por supuesto me quedé con la indignación de que ya "ni si quiera" puede una andar tranquila de día, a las 20:30 de la tarde.
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