Como cada tarde acudo a la biblioteca para estudiar con mis amigas y este día, era normal como otro cualquiera. Yo me encontraba en la puerta esperando a una amiga y de repente un señor, borracho, se empezó acercar mucho mi. Yo me iba apartando y poniendo en la esquina de enfrente para evitarlo y como veía que mi amiga no venía, decidí pasarme dentro para evitarlo. Él corrió tras de mí pasando dentro de la biblioteca y se sentó en la mesa que yo estaba ocupando. En ese momento lo que más me sorprendió es que la gente que trabaja en esta biblioteca no hiciera nada. De vez en cuando mis amigas y yo hacíamos pausas para salir fuera a tomar el aire, en todas estas pausas este individuo no se fue ni un momento de la biblioteca. Yo ya me estaba sintiendo un poco amenazada y decidí contarle al de seguridad mi situación, a lo que él me respondió que no podían hacer nada y que tenían constancia de que este hombre molestaba a más chicas. Yo me quedé un poco sorprendida porque por mucho que sea un lugar público y que todos tengamos derecho a entrar cuando queramos, no me parece correcto que, teniendo constancia de que la situación se ha producido más veces con otras chicas, no le pongan remedio.
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