Camino del coche, cuando una amiga y yo salíamos de La Calle de tomar unas copas, un chico de nuestra edad se acercó a hablar con nosotras. Nos dijo que si nos queríamos tomar la última con él y sus amigos, que nos observaban divertidos desde la acera de enfrente, pero le dijimos que no, que ya nos íbamos. Hasta ahí todo normal hasta que el chico se puso insistente. Como no nos dejaba en paz lo rebasamos para irnos y él se restregó contra mi amiga. Ella se puso a gritar: ¡Qué asco! ¡Qué asco! mientras los amigotes del chico eran todo risas. Yo no supe qué sucedía hasta que mi amiga me lo explicó. Resulta que el chico que nos había parado llevaba la polla fuera de la cremallera, sus amigos lo sabían, pero al llevar puesto un chaquetón nosotras no nos dimos cuenta. Al pasar mi amiga por su lado se subió la chaqueta y le restregó la polla en la mano. Fue tal la rabia y la indignación que sentimos que mi amiga quiso volver con la escopeta de su padre, que casualmente llevaba en el maletero, para darle un susto, pero decidimos dejarlo ahí por no tener problemas.
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