El verano pasado (2018) estaba volviendo a casa después de haber estado de fiesta y quise coger un taxi para que me acercase a casa, que aunque está cerca de la actual parada sigo teniendo miedo cuando paso por la zona del Parque Santa Ana. Bien, cuando me acerqué a la parada sólo había un taxi con su respectivo taxista y justo en el momento en el que iba a cruzar hacia el taxi, el propio taxista empezó a gritarme “¿Quieres que te lleve guapa?”, “Menudo bomboncito para ir sola a ningún sitio”. En ese momento recé para que sólo se quedase en esas palabras y no me hiciera nada más.
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