A mucha gente de mi edad si le digo “el pajero del Parque san Julián” sabrá de quién hablo o, al menos, le sonará algo. Estaba yo con quince o dieciséis años sentada en un banco del parque esperando a unes amigues cuando de pronto, descubrí entre los arbustos a un tío calvo y con gafas haciéndose una paja mientras me miraba. Después volví a verlo varias veces, incluso durante años, rondando por el parque. Cuál es mi sorpresa cuando a día de hoy, que cuento con 38 años, sigo encontrándome a este personaje en el mismo lugar, en las mismas tardes de primavera-verano cuando paseo a mis hijes. ¿En serio? ¿Este personaje está ahí más de 20 años después?
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