Una amiga y yo estábamos tomándonos un helado sentadas en un banco del parque. Detrás de ese banco había unos setos y árboles. De repente, ni amiga se giró y vio a un hombre de unos 40 años masturbándose. Después de un buen rato nos fuimos, me giré yo y vi que seguía allí tocándose. Un tiempo después descubrí que lo hacía muy a menudo y puede que siga haciéndolo.
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